Sin duda, la definición de éxito puede variar entre persona y persona, según su ideología, contexto y cultura, además son muchos los factores que intervienen en la construcción de este particular concepto, pero de acuerdo con la mayoría de definiciones, para alcanzarlo, la estabilidad emocional es un pilar clave en su búsqueda, pues al contar con ella, las personas pueden sentirse más “realizadas” en cualquier ámbito en el que se desempeñen.
En un sistema como el nuestro, es natural que las empresas jueguen un papel tan importante en la vida emocional de la mayoría de las personas, ya que proporcionan empleo, que representa el quehacer de la vida diaria, una remuneración económica estable correspondiente, y todo lo que eso implica.
Pero, por ejemplo, ¿qué sucede cuando no existe un buen ambiente laboral, o cuando los asuntos personales agobian y afectan negativamente el desempeño del trabajo? Es claro que este tipo de situaciones tienen un impacto en la vida de las personas y su estabilidad emocional. ¿Qué se puede hacer al respecto para encontrar soluciones adecuadas?, y en tal caso, dentro de una empresa, ¿quiénes pueden tomar cartas en el asunto, cuando el manejo de las emociones propias en uno mismo ya no es suficiente?
La inteligencia emocional dentro de las empresas es la respuesta a estas preguntas. En nuestro blog, destacamos la importancia de las áreas de Recursos Humanos en la gestión de problemáticas internas como esta, pues RH representa precisamente esa parte conciliadora organización-trabajador, en cuya responsabilidad descansa el sentir de los colaboradores en torno a la empresa, su satisfacción y compromiso, la labor de adaptar los intereses de ambas partes y enfocarlos en función de los mismos objetivos; lo cual, sólo es posible a partir de un capital humano con estabilidad emocional.
Es por ello, entre muchos otros factores de relevancia, que en Latam Business School desarrollamos el Diplomado RRHH como Socio Estratégico, que además de enfatizar en la inteligencia emocional como pilar clave en la gestión de cualquier organización, brinda todos los conocimientos, herramientas, habilidades y experiencias prácticas para que el especialista pueda desempeñarse como un HRBP (Human Resources Business Partner) efectivo.
Antes que nada, debemos definir qué es la inteligencia emocional. Según Daniel Goleman, la inteligencia emocional es “la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los de los demás, de motivarnos y de manejar adecuadamente las relaciones”.
La definición del autor postula 4 pilares fundamentales:
En el marco de la operatividad organizacional y su adecuada gestión, un HRBP no sólo debe contar con un alto nivel de inteligencia emocional propia, sino que debe ser capaz de desarrollarla en los demás; en el capital humano que conforma a la empresa, a través de la implementación de todo tipo de estrategias que involucren a los equipos de trabajo, sin importar su naturaleza laboral diversa, pues de esta forma se propicia una sinergia laboral orientada no sólo al cumplimiento de objetivos, sino a la satisfacción personal del capital humano de toda la organización.
Según la revista online Forbes, en el pasado el éxito de una persona dependía en mayor medida de su nivel de estudios, la universidad de procedencia o su currículum vitae, mientras que en la actualidad el éxito depende mucho más del adecuado desarrollo de sus habilidades emocionales y comunicativas.
Teniendo esto en mente, resaltemos algunas de las ventajas de desarrollar una adecuada inteligencia emocional dentro de las empresas:
Una persona que domina las bases de la inteligencia emocional, puede llegar a desarrollar aptitudes primordiales en un mundo laboral sumamente competido y dinámico.
Una de las más destacables es la empatía, con ella, el colaborador puede entender mejor las emociones de los demás en su entorno de trabajo, que afectan su vida diaria al influenciar su toma de decisiones, a veces de manera inconscientemente.
Sin duda, tener conocimiento sobre la postura de los demás, resulta crucial, ya que es más fácil saber de qué forma actuar ante cada una de las circunstancias que se puedan presentar. Además, permite identificar su influencia en la postura de uno mismo, y si estas nos están afectando directa o indirectamente.
Muy de la mano se encuentra la habilidad social, que gracias al entendimiento de los otros, genera en las personas una postura más cordial y colaborativa, favoreciendo positivamente las dinámicas interpersonales y propiciando mejores ambientes de trabajo, relaciones laborales más sólidas y óptimas, además de ayudar en el ámbito personal.
Considerada “la piedra angular”, la autorregulación emocional, es decir; la toma de consciencia de las emociones en el mismo momento en que estas surgen, y su adecuada gestión.
Gracias a ella, es posible determinar cuáles son las fortalezas individuales, debilidades y necesidades propias, y con base en ello, generar estrategias de trabajo que se adapten, fortalecer las debilidades, aprovechar las virtudes individuales e incluso canalizar aquellas emociones útiles en favor de lograr determinado objetivo.
Por otro lado, en la automotivación convergen los puntos anteriores, ya que al ser consciente de uno mismo; de las capacidades propias, se torna más fácil asignarles un propósito, mientras que al tener la suficiente empatía como para lograr entender la conducta de los demás y la habilidad social para desenvolverse adecuadamente ante los demás, se puede decidir el rumbo de las acciones a seguir, en función de los objetivos, tanto personales, como de la empresa.
Trazar una estrategia organizacional que ponga su foco de atención en el capital humano, en sus comportamientos individuales y colectivos, que desarrolle en los colaboradores una inteligencia emocional capaz de hacerles concientizar sus propias emociones y decidir su conducta de acuerdo con los intereses propios, coordinándolos con los objetivos de la organización, es un gran paso hacia el éxito empresarial. Sin embargo, se trata de una labor compleja, en todo sentido.
Recursos Humanos juega un papel trascendente en este tipo de implementación compleja y estratégica, pues más allá de ser el área que gestiona asuntos administrativos del personal, su verdadero propósito debe ser siempre propiciar la sinergia del capital humano en función de los objetivos de toda la organización.
Es justo aquí donde se hace evidente la necesidad de contar con especialistas con un alto nivel de inteligencia emocional, que les permita analizar adecuadamente las aptitudes y necesidades de los colaboradores, y capaces de desarrollar esa misma inteligencia emocional en sus equipos de trabajo.
Puesto que en la actualidad, el éxito o fracaso tanto de los individuos como de las organizaciones, depende en gran medida de sus habilidades comunicativas y de autocontrol emocional, hoy más que nunca es indispensable para las empresas tener en sus filas a un Human Resources Business Partner.
En Latam Business School contamos cono una de las mejores opciones de América Latina en formación de RRHH como Socio Estratégico, así que si te interesa desarrollar un perfil que se adapte a las necesidades de las empresas en la actualidad y conducir eficazmente a los equipos de trabajo hacia el éxito, te recomendamos ampliamente este Diplomado.