El pensamiento creativo es la habilidad y capacidad de desarrollar ideas innovadoras para darle solución a problemáticas que existen o pueden ocurrir. El pensamiento creativo, a menudo, está relacionado con el crear cosas nuevas desde cero, o relacionar algo ya existente a un nuevo uso o perspectiva.
Aunque estas concepciones pueden ser ciertas, es importante recordar que el pensamiento creativo es una habilidad que puede desarrollarse y que actúa de diferentes maneras, en diferentes niveles y escenarios, siendo el lugar de trabajo, uno de los más notables.
Una persona que comprende su propio proceso de pensamiento creativo cuenta con ciertas características y atributos que lo diferencian del resto. En el lugar de trabajo, profesionales que se describen a sí mismos como de pensamiento creativo, tienen a presentar rasgos notables en su personalidad que benefician su interacción, participación, asertividad y colaboración dentro de su equipo de trabajo. Estas son 5 características de personas altamente creativas en el trabajo:
Pensadores creativos han aprendido a abrazar los retos y no se sienten intimidados por la posibilidad de fallar. Al tomar riesgos y probar nuevas maneras de hacer las cosas, se beneficia la productividad y la cultura de prueba y error, que abre oportunidad a nuevos procesos e incluso, nuevos productos y servicios.
La clave del pensamiento creativo no es crear problemas para darles soluciones, es buscar soluciones creativas a problemáticas que ya existen. Los pensadores creativos aplican con facilidad la innovación a escenarios del día a día, esto les ayuda a idear soluciones originales para cualquier tipo de adversidad. Una mente creativa conecta información en lugar de solo almacenarla.
Las personas creativas aceptan situaciones ambiguas e inciertas, también reconocen que no solo un resultado es definitivo. Estar cómodos en la ambigüedad permite la apertura a riesgos y a la experimentación.
Las personas creativas a menudo están emocionalmente allegadas a su propio trabajo, pero deben mantenerse objetivas a la hora de ponderar el trabajo de otros y también el suyo. Utilizan la crítica constructiva y el feedback de manera benéfica.
Ya que las personas creativas tienen un profundo conocimiento y respeto por los procesos usuales que gobiernan su lugar de trabajo, no les es difícil reconocer cuando las prácticas establecidas pueden beneficiarse con una mejoría. Su habilidad para confrontar de manera informada, puede establecer nuevos métodos y reflejar nuevas perspectivas que afectan toda interacción laboral.
El pensamiento creativo, como cualquier otro sistema y habilidad, tiene fases que pueden ser practicadas y reforzadas por todo aquel que desee volverse más creativo en su trabajo y en su vida
Se trata de 4 fases ampliamente aplicables a cualquier problemática o requerimiento:
El proceso creativo inicia con la preparación: identificar el qué o porqué deberemos aplicar la creatividad. Esto incluye reunir información, materiales, voces de opinión, perspectivas, fuentes de inspiración y referencia y todo lo necesario para darle sentido y dirección al flujo creativo.
En esta fase es crítico el reconocer la existencia de una problemática real que debe ser solucionada, en ese sentido, el input externo es clave para hacerlo. También es importante saber que el proceso creativo no funciona en ingeniería inversa.
Esta es una fase de introspección. La información obtenida en la fase anterior se establece en la mente mientras las ideas son diferenciadas y nuevas conexiones de conceptos son formadas. En esta fase es importante quitar la mirada del problema y dejar que la mente descanse o desarrolle conceptos que directamente no tienen que ver con el mismo. Aquí, es donde aparece el pensamiento divergente, que explora soluciones posibles en escenarios inesperados, una habilidad necesaria en entornos de trabajo altamente productivos.
Se trata del momento en el que encontramos una idea o concepto que nos es útil para resolver la problemática o desarrollar algo nuevo de manera consciente, a menudo se reconoce como el momento ¡Eureka! Sin embargo, los pensadores creativos deben saber que este momento aparece de manera más sutiles durante el proceso creativo, no siempre es un hito y no siempre se trata de la solución como tal: la iluminación también puede ocurrir en forma de pregunta, opinión, proceso o enunciado, todo lo que nos lleve a romper una forma de pensar, es iluminación.
En esta fase se tiene una idea sólida que debe ser desarrollada, la habilidad que acompaña es la de formulación y síntesis de conceptos complejos. Es aquí cuando el pensamiento crítico y la comunicación, aparecen para dar a conocer las ideas desarrolladas a otras personas de manera efectiva.
Pensamiento creativo en marketing
La creatividad en el marketing es una de sus aplicaciones más comunes, tanto para idear conceptos abstractos y de promoción que puedan vender, como para diseñar campañas complejas que activen a los consumidores.
Sin embargo, la creatividad no termina en la concepción de ideas novedosas y atractivas, también mejora las capacidades. Por ejemplo, un problema de marketing usual a principios de la era de los influencers, se trataba de los precios de promoción con personalidades de alto nivel, los conocedores del marketing reconocieron la existencia de microinfluencers, personalidades de nicho que no solo reducían los costos de producción y de colaboración, sino que llegaban a su público objetivo de manera más certera. Esta no es una solución que intentaba hacer algo novedoso, simplemente se adaptaron las características del medio y el mensaje de manera más conveniente para aprovechar mejor los recursos. El aprovechamiento y optimización de recursos es una solución creativa.
En un entorno en donde se deben regular y guiar diferentes tipos de personalidades y capacidades por igual, el liderazgo exige una buena capacidad de observación y el desarrollo de capacidades puntuales por cada equipo de trabajo.
Un líder creativo conoce las habilidades de cada miembro del equipo, incluyendo los factores que aceleran y frenan el éxito de cada uno, es por eso que puede asignar de una mejor forma, actividades que mejor puedan desarrollar. Junto con la comunicación, el pensamiento creativo es clave para desarrollar equipos de trabajo altamente efectivos.
El pensamiento creativo sirve un rol esencial en el trabajo, especialmente cuando se trata de la construcción de una nueva cultura del trabajo. Estos son algunos beneficios que las organizaciones y personas obtienen al cambiar su perspectiva a una que sea más creativa:
Como mencionamos, el pensamiento creativo es una habilidad, no un talento o don natural, es decir, puede entrenarse como cualquier otra. Lo importante es saber reconocer qué fuentes y medios nos van a ayudar a desarrollarla. En Latam Busines School contamos con la Certificación en Habilidades Digitales, que toma en cuenta el desarrollo del Pensamiento Crítico y Creativo como una de ellas, además de la Comunicación efectiva, el Learnability y la Transformación Digital, las cuatro habilidades clave que te llevarán más alto en el actual panorama digital.
Y tú, ¿te consideras una persona y un profesional creativo?