Contar con una sólida estructura organizacional en un entorno empresarial tan competitivo como el de hoy en día, es equivalente a poseer un motor potente, no sólo capaz de permitirle a cualquier tipo de automóvil competir por el primer puesto, sino de hacerlo ganar la carrera.
En nuestro artículo anterior sobre la importancia del diseño y desarrollo organizacional, señalábamos qué es, algunos de sus principales desafíos en la actualidad, los problemas de no priorizar este tema y cuál es el enfoque actual de las empresas; frecuentemente centrado en el cliente y sus necesidades, pero en ocasiones, descuidando el ámbito organizacional interno.
Toda empresa, sin importar su giro o tamaño, requiere de una estructura organizacional bien definida, que permita delimitar claramente las funciones, roles y responsabilidades de cada área operativa, y establecer de qué manera estas se complementan y trabajan en función de los mismos objetivos.
Dirigido a todo líder en las organizaciones y profesional de Recursos Humanos, en Latam Business School contamos con el Diplomado en Diseño y Desarrollo Organizacional, centrado en brindar a los profesionales las habilidades para diseñar y gestionar exitosamente todos los cambios operativos que exige la era digital, adaptándolos eficientemente en nuevos procesos, departamentos, equipos y flujos de trabajo, en función de estructuras organizativas eficaces.
No todas las empresas son iguales, cada una requiere una estructura de acuerdo a sus propias necesidades, es precisamente por ello que las empresas requieren este tipo de especialistas, que sepan analizar adecuadamente cada caso e implementar las estrategias que se ajusten a cada una, en busca de alcanzar el éxito dentro de un panorama empresarial dinámico y cambiante. Y si a esto, sumamos una transformación digital acelerada por la pandemia y una nueva realidad operativa, sin duda nos encontramos ante un contexto de negocios sumamente complejo.
La estructura organizacional es el esqueleto que define la operatividad, el mapa que explica cómo funciona la empresa. Más allá de los cambios que la mayoría de las empresas han implementado en respuesta a los avances tecnológicos de los últimos años, o incluso, ante la reciente pandemia, los tipos de estructura organizacional se han diversificado en gran medida, obedeciendo a las propias necesidades de cada empresa.
Para mencionar algunos de los elementos que más varían entre los diversos tipos de estructuras organizacionales de la actualidad, podemos enunciar el tamaño de la cadena de mando, el rango de control y la centralización en la toma de decisiones.
En términos generales, actualmente las estructuras organizacionales se dividen en dos grandes tipos, las mecánicas, y las orgánicas. No necesariamente obedecen 100% a uno de estos, pero sí oscilan entre uno y otro, en menor o mayor grado.
Por un lado, las mecánicas son aquellas que se centran en procesos centralizados de las actividades, pasos estrictos establecidos en manuales de procedimiento u otros mecanismos de control que responden a un enfoque tradicional vertical (de arriba hacia abajo).
Y por otra parte las orgánicas, que se caracterizan por tener menor grado de centralización y rigurosidad en las actividades. Por ello, estas estructuras obedecen a enfoques más horizontales, colaborativos y flexibles.
A continuación, enlistamos 5 de los tipos de estructuras organizacionales más utilizados por las empresas de la actualidad:
La estructura de matriz es ideal cuando se trabaja por proyecto, ya que busca que los directivos de área y a los empleados trabajen juntos. Esto no significa que dejarán de existir divisiones jerárquicas marcadas, sino que a partir de la visión de ambas perspectivas (directivos y empleados), se comparta y dinamice suficiente información para que, en conjunto, se consideren y analicen todas las partes posibles y se tomen mejores decisiones.
Tiene como objetivo promover y gestionar de forma mucho más libre la comunicación entre los miembros de la organización. Este es un diagrama distinto a los tradicionales verticales piramidales, aunque conserva la estructura jerárquica. Su principal característica es no centralizar los flujos de información, para disminuir el impacto de la división entre los puestos y colocar todas estas divisiones como parte de una misma estructura.
Esta estructura se utiliza cuando se trabaja en coordinación con otros colaboradores, ubicados en el mismo sitio o no. Puede incluir servicios subcontratados o ubicaciones satélite colaborativas fuera de las oficinas, ejemplo de esto sería el apoyo que brinda un desarrollador web externo, que busca solucionar un determinado problema. Em este tipo de estructura es fundamental tener un diagrama que indique claramente cada función laboral específica, para que todos comprendan los procesos básicos de cada quién, y su papel en la empresa.
La estructura plana limita los niveles jerárquicos, por lo que todo el personal está a sólo unos pasos del liderazgo, involucrando a los empleados en la toma de decisiones y tomando en cuenta sus opiniones para toda cuestión, generando mayor compromiso en cada uno de ellos.
Si se opta por una estructura plana, es necesario contar con una ruta claramente marcada, a partir de la que los colaboradores puedan guiarse cuando se encuentren en casos de no poder decidir por cual proyecto optar o la forma en que se llevará a cabo
Es una de las estructuras organizacionales más comunes, tiene el objetivo de ordenar por departamentos las funciones laborales. En esta se agrupan, por ejemplo, a todos los especialistas de marketing en un solo departamento, a todos los vendedores en otro, lo mismo para servicio al cliente, Recursos Humanos, y todas las áreas que conforman a la organización, en función de una base jerárquica, de mayor a menor responsabilidad (según objetivos de la empresa).
Pese a ser de las más usadas, actualmente las empresas buscan alejarse de este tipo de estructura, pues en muchas ocasiones, se reconoce que limita el crecimiento de los empleados y propicia el distanciamiento entre los diferentes departamentos.